EL DECLIVE DE ZP
Los resultados de una encuesta electoral que trae hoy el diario barcelonés La Vanguardia son demoledores para el imperio mediático español PRISA y su capataz Zapatero: por primera vez un diario afín al gobierno indica que el PP supera en votos potenciales al PSOE, y el número de escaños actuales en las Cortes se invertiría, subiendo 20 escaños Rajoy y perdiendo otros tantos ZP.
A pesar de la anestesia general que Polanco está extendiendo desde sus medios (El País, la SER y ahora la Cuatro además de Digital Plus), desde sus compañeros de viaje (La Vanguardia, El Periódico, Tele 5, Punto Radio, etc), y desde los medios controlados por el gobierno de ZP (TVE, Radio Nacional) y de los gobiernos autonómicos dirigidos por la ASN (Alianza de Socialistas y Nacionalistas), a pesar del hipnotismo personal del charlatán de feria y su cantinela de talante, diálogo y paz, a pesar de todo, la ciudadanía española comienza a despertar y a darse cuenta de que el Plan Zapatero conduce a la España del ¡viva Cartagena libre! y al fin de una u otra forma de la democracia.
Pero ZP lo tiene todo previsto. Él sabe que conquistó el poder de manera inesperada con su grito de ¡guerra no!, y que puede mantenerlo a pesar de su nefasta acción de gobierno con el grito equivalente de ¡paz sí!, porque el seudopacifismo es el nuevo opio del pueblo.
ZP sabe que su declive electoral se frenará y volverá a remontar cuando, en breve, ETA declare una tregua. Para ello está trabajando desde hace más de un año.
Es ya un lugar común que ZP es ya tan sólo la figura estereotipada del charlatán de feria que recorría los polvorientos caminos en las películas de Oeste con su carromato y su prodigioso crecepelo, con su fórmula mágica de talante, diálogo y ansia infinita de paz.
Tiene razón Zapatero cuando dice que la respuesta de los políticos socialistas a las tragedias humanas y ecológicas no se puede comparar con la que dio el gobierno Aznar. Comparemos, por ejemplo, el accidente del Prestige y el incendio de Guadalajara, y la consecuente reacción de los políticos populares y socialistas.
Tres miserables, tres seres insensibles al dolor de las víctimas del terrorismo, a un mínimo sentido de la justicia y al significado del concepto de democracia que muchos tenemos, han sentenciado que el aparato juvenil organizado en ETA para perpetrar el terrorismo callejero no es terrorismo (sic).
Aunque no seamos mayoritarios, somos unos cuantos en España los que pertenecemos a la categoría de gente sin complejos. Siempre con la Razón, nuestra razón al menos, y en contra del miedo a ser rechazados por la secta, por los nuestros. Gentes por lo tanto nada sectarias. Y afortunadamente unos son de derechas y otros somos de izquierdas.
No vivimos tiempos felices para la lírica, pero tampoco para la izquierda. Además de la izquierda democrática generada por la Ilustración, siempre ha habido una izquierda sectaria, para la que el socialismo real de la URSS, a pesar de sus obvios defectos era un referente de primera magnitud para combatir el capitalismo. Esta izquierda, desconcertada por la caída del Muro de Berlín, ha adoptado un referente contracultural, antiilustrado, sin duda heredero del movimiento neoanarquista del Mayo-68 francés y del movimiento hippie norteamericano de los sesenta.
Las cadenas de televisión privadas Antena 3 y Telecinco han puesto el grito en el cielo, con razón, ante la cacicada de Zapatero consistente en cambiar la ley de televisiones privadas para permitir que su amo Polanco pueda tener otro canal televisivo, éste en abierto, y completar así el carácter oligárquico de los medios de comunicación, completando la hegemonía que ya tiene en la televisión por satélite, en la prensa escrita y en la radio.
El socialista vasco Indalecio Prieto, representante del ala moderada del PSOE de la II República frente al totalitario Largo Caballero, cometió un gravísimo error en 1934 al apoyar la revolución social-nacionalista que se rebeló contra la República legalmente constituida. La situación de Italia, Austria y Alemania en esos momentos es cierto que hacía temer que la ultraderecha española pudiera llegar a hacerse con el poder desde el gobierno de la República, mas ello era posible pero poco probable.
Yo comprendo perfectamente que los bienpensantes no puedan admitir ni siquiera como hipótesis la teoría conspirativa acerca de la matanza del 11-M. Es un imperativo moral.
La tercera fortuna de España y la primera en poder político-mediático, Don Jesús, ha trazado las líneas de su proyecto: debilitar el Estado español al máximo para imperar por encima de todos y de todo. Proceder a una voladura controlada de la Constitución de 1978 para implantar una suerte de Confederación Ibérica de Comunidades Nacionales sin más vínculo en común que la Corona de Juan Carlos.
Mueven negras y ganan. Las piezas del tablero de ajedrez se van colocando siguiendo una estrategia muy bien estudiada y largamente pensada: La torre Maragall en una esquina, la torre Patxi López en la otra, el caballo Conde-Pumpido por aquí, el caballo Peces-Barba por allá. El alfil Rubio Llorente ataca, el otro alfil Blázquez remata. Pero el jaque-mate lo realiza con determinación la reina todopoderosa, la reina Zapatero. El Rey Juan Carlos permanece inmóvil en su rincón, protegido por ¿sus? peones.
Durante el gobierno del PP se hizo célebre la oposición de esa izquierda-basura de comida rápida y digestión pesada que es la cohorte de famosillos y famosillas, esos directorcillos, actorcillos y musiquillos que se dedican a vivir -a diferencia de la gente humilde a la que dicen defender con desvergüenza torera- montados en el dólar, pero babeando bilis contra ese mismo dólar y el horrible imperio norteamericano. Esos mismos que denigran a Estados Unidos pero van a Hollywood como felpudos humanos a ver si cae algún premio o prebenda.
Zapatero, el hombre invisible, el presidente del gobierno español que continua imperturbable de vacaciones mientras en España ha comenzado hace ya una semana un proceso de balcanización que conduce al enfrentamiento entre los españoles de consecuencias sin duda trágicas, está descubriendo su auténtica faz.
España camina lenta pero seguramente hacia la balcanización, porque el monstruo creado por el Dr. Cebrianstein se ha salido de control. Ese Zapatero producto de marketing, de fachada dialogante, que vende talante, ansia infinita de paz, respeto y no sé cuantas monsergas más, es el mismo que ordena decir a su portavoz que Aznar es un matón, y ayer que la oposición es canalla, que admira a los caudillos iberoamericanos como el coronel Chávez y el comandante Castro, que gobierna bajo el chantaje de los caudillos secesionistas Ibarretxe y Carod-Rovira.
Zapatero sigue dándonos la brasa con su teoría de la alianza de civilizaciones. Como discurso buenista, pacifista y angelical de un líder populista, que busca satisfacer los ingenuos sentimientos de una buena parte de los ciudadanos para mantenerse en el poder, es entendible, aunque absurdo, según explica con claridad meridiana el historiador Henry Kamen en