La democracia en Vasconia
Ayer traía EL CORREO una noticia habitual por nuestra tierra pero completamente obviada por la prensa del resto de España: el acoso de la chusma nacionalista a un concejal del PP en Ondárroa. La estrategia es siempre la misma: el poli malo, o sea, el nacionalismo vasco de los camisas pardas de Batasuna acosan, amenazan y si pueden agreden a los representantes legítimos de los ciudadanos vascos que no son nacionalistas, y el poli bueno, es decir, el nacionalismo vasco colaboracionista del PNV, desde el poder, ampara y permite la coacción.
¿Se entiende ahora por qué los nacionalistas volverán a ganar en las próximas elecciones, y por qué los ciudadanos vascos votarán lo que diga el gremlin de Ajuria Enea en el futuro referendum?
Por la misma razón por la que Hitler ganó las elecciones de 1932. También entonces buena parte de los partidos políticos democráticos alemanes apostaron por la política de apaciguamiento y contemporización, de diálogo con Hitler, de moderación de su proyecto nacional-socialista desde la negociación, de creer que la democracia no era respetar la Ley y el Estado de derecho, sino aceptar el dictado de la mayoría de la ciudadanía, aunque ésta estuviera engañada, coaccionada, agredida, huida, asesinada.
Como Zapatero.
¿Se entiende ahora por qué los nacionalistas volverán a ganar en las próximas elecciones, y por qué los ciudadanos vascos votarán lo que diga el gremlin de Ajuria Enea en el futuro referendum?
Por la misma razón por la que Hitler ganó las elecciones de 1932. También entonces buena parte de los partidos políticos democráticos alemanes apostaron por la política de apaciguamiento y contemporización, de diálogo con Hitler, de moderación de su proyecto nacional-socialista desde la negociación, de creer que la democracia no era respetar la Ley y el Estado de derecho, sino aceptar el dictado de la mayoría de la ciudadanía, aunque ésta estuviera engañada, coaccionada, agredida, huida, asesinada.
Como Zapatero.
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