ZAPATERO ARRÍA LA BANDERA

Dos pobres cretinos que sueñan con la tribu y desconocen lo que es la sociedad cívica, dos nacionalistas catalanes, Maragall y Carod-Rovira, habían hecho el ridículo internacional el día anterior en Israel, cuando al hacer una ofrenda ante la tumba de Rabin habían montado el numerito al quitar de la corona de flores la cinta con los colores españoles para dejar sólo los catalanes. Además Carod había mostrado su auténtica faz xenófoba y racista al dar un paso atrás y ni siquiera acompañar a Maragall con el pretexto de que ondeaban las banderas de Israel y España. Pero ¿qué diablos de banderas podían izarse sino la del país anfitrión y la del país visitante?

Esto más que preocupante me parece positivo, porque retrata a los personajes que dominan la política catalana y española en estos momentos: un par de cretinos, de carcamales, de racistas y xenófobos, de etnicistas.

El hecho más abyecto y ominoso se produce cuando al día siguiente, la embajada de España, a las órdenes de Zapatero, decide arrancar la enseña española de la corona de flores para dejar sola la senyera, para que la bandera de España no ofenda a este par de aldeanos, provincianos, pueblerinos, paletos y palurdos.

Zapatero, el embaucador de la sociedad española con su talante, diálogo y ansia infinita de paz, arría la bandera de España en el extranjero para no ofender a los pequeños enanos seguidores de la política de Hitler. ¿Cabe mayor símbolo de lo que pretende hacer Zapatero para acallar las bombas de ETA, ganar las próximas elecciones y pasar a la Historia?: arriar la bandera de España. Es decir, demoler la España moderna y constitucional para que afloren de nuevo los reinos de taifas medievales.