La deriva nacionalista de los socialistas vascos
Justo cuando me disponía a explicitar negro sobre blanco mi asombro ante el proyecto nacionalista de Patxi López y su PSE-EE, que tras la senda marcada por el oportunista y populista Zapatero, se aviene a hacerse también nacionalista, como el PSC de Maragall, y a abandonar el campo de la izquierda ilustrada, igualitaria y cívica, veo que una socialista vasca ejemplar como Gotzone Mora se me ha adelantado.
En efecto, Gotzone publica hoy un artículo con este título, La deriva nacionalista de los socialistas vascos, que me ahorra todo comentario en profundidad. Pero en honor a la verdad, no sé de qué se asombra la valiente militante socialista. Porque ¿con qué propósito se llevó a cabo, si no, la cacería y ejecución políticas del secretario del PSE-EE Nicolás Redondo, fiel defensor de la ideología progresista que define el etnicismo como la más peligrosa de las ideologías reaccionarias? Está claro que Zapatero, ya en 2002, tenía en su cabeza la alianza con la izquierda comunista y con las derechas secesionistas para liderar una alternativa al gobierno del PP bajo la bandera de un pretendido socialismo amable y dialogante, que ha resultado ser simplemente el disfraz, eso sí, efectivo al cien por cien desde el punto de vista electoral, de un peligroso político demagogo, populista y oportunista.
Desgraciadamente, como ya pasa actualmente en Cataluña, en Mayo del 2005 no se podrá votar al PSOE en la C.A.V., sencillamente porque no se presentará a las elecciones. En su lugar lo hará un partido social-nacionalista, el PSE-EE, clon indisimulado del PSC de Maragall.
Lo que me atormenta de esta rendición ideológica del PSE-EE ante el nacionalismo étnico y secesionista vasco es una pregunta: ¿habrá sido entonces inútil el sacrificio vital de socialistas constitucionalistas como Fernando Buesa o Joseba Pagazaurtundua?
En efecto, Gotzone publica hoy un artículo con este título, La deriva nacionalista de los socialistas vascos, que me ahorra todo comentario en profundidad. Pero en honor a la verdad, no sé de qué se asombra la valiente militante socialista. Porque ¿con qué propósito se llevó a cabo, si no, la cacería y ejecución políticas del secretario del PSE-EE Nicolás Redondo, fiel defensor de la ideología progresista que define el etnicismo como la más peligrosa de las ideologías reaccionarias? Está claro que Zapatero, ya en 2002, tenía en su cabeza la alianza con la izquierda comunista y con las derechas secesionistas para liderar una alternativa al gobierno del PP bajo la bandera de un pretendido socialismo amable y dialogante, que ha resultado ser simplemente el disfraz, eso sí, efectivo al cien por cien desde el punto de vista electoral, de un peligroso político demagogo, populista y oportunista.
Desgraciadamente, como ya pasa actualmente en Cataluña, en Mayo del 2005 no se podrá votar al PSOE en la C.A.V., sencillamente porque no se presentará a las elecciones. En su lugar lo hará un partido social-nacionalista, el PSE-EE, clon indisimulado del PSC de Maragall.
Lo que me atormenta de esta rendición ideológica del PSE-EE ante el nacionalismo étnico y secesionista vasco es una pregunta: ¿habrá sido entonces inútil el sacrificio vital de socialistas constitucionalistas como Fernando Buesa o Joseba Pagazaurtundua?
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Rebeca -