LA IZQUIERDA NACIONAL
El imperio mediático de Polanco, que utilizó la jornada de reflexión del 13-M del año pasado para lanzar las masas a la calle al asalto de las sedes del Partido Popular en un acto de inducción a la kale borroka sin parangón en Occidente aunque sí en las repúblicas bananeras que admira su portavoz político Zapatero como Cuba, Venezuela, Argentina y otros modelos de democracias inmaduras o incluso dictaduras-, ha utilizado la excusa de que el sábado 16 era jornada de reflexión en el País Vasco para censurar e impedir la publicación en su edición nacional, pagada por ser publicidad, del manifiesto ¡Sí, tenemos que decidir!.
¿Cabe mayor acto de cinismo y de hipocresía? Pero todo tiene su lógica, y el manifiesto de esa izquierda que todavía existe, esa izquierda auténticamente progresista, esa izquierda nacional que desde la Revolución Francesa entiende la nación española como el conjunto de ciudadanos bajo el imperio de una misma ley que garantiza su libertad y su igualdad, se opone a los movimientos profundamente reaccionarios que bajo la bandera del nacionalismo étnico buscan privilegios para las élites locales, siempre animadas por el clero y los caciques del lugar.
Élites que han pactado con Polanco un reparto del botín español, y que han levantado la infame falacia denunciada por este manifiesto, que la defensa de la unidad de España sea una opción franquista, mancillando así la memoria de tantos progresistas que han dado su vida por España desde los ilustrados del XVIII, los liberales del XIX y los republicanos y socialistas del XX.
Hoy, en Euskadi, nos jugamos el dar un paso más hacia esa confederación ibérica de naciones propugnada por Zapatero que irremediablemente nos lanzará a la balcanización de España. Por eso, muchos vascos que pertenecemos a esa izquierda nacional votaremos a María San Gil. Aunque todavía no se nos entienda.
¿Cabe mayor acto de cinismo y de hipocresía? Pero todo tiene su lógica, y el manifiesto de esa izquierda que todavía existe, esa izquierda auténticamente progresista, esa izquierda nacional que desde la Revolución Francesa entiende la nación española como el conjunto de ciudadanos bajo el imperio de una misma ley que garantiza su libertad y su igualdad, se opone a los movimientos profundamente reaccionarios que bajo la bandera del nacionalismo étnico buscan privilegios para las élites locales, siempre animadas por el clero y los caciques del lugar.
Élites que han pactado con Polanco un reparto del botín español, y que han levantado la infame falacia denunciada por este manifiesto, que la defensa de la unidad de España sea una opción franquista, mancillando así la memoria de tantos progresistas que han dado su vida por España desde los ilustrados del XVIII, los liberales del XIX y los republicanos y socialistas del XX.
Hoy, en Euskadi, nos jugamos el dar un paso más hacia esa confederación ibérica de naciones propugnada por Zapatero que irremediablemente nos lanzará a la balcanización de España. Por eso, muchos vascos que pertenecemos a esa izquierda nacional votaremos a María San Gil. Aunque todavía no se nos entienda.
2 comentarios
Bitnick -
Nos lo está poniendo difícil Patxi, ¿eh?
Menudo palo los resultados, y mira que la esperanza es lo último que se pierde.En este mundo globalizado parece que el encerrarse los "privilegiados" detrás de una cerca electrificada, sea de una finca particular o de un "país" se impone.
Un saludo cordial.
Xuan -