Zapatero, el monstruo del Dr. Cebrianstein
La deriva tercermundista, populista y anti-occidental de Zapatero preocupa y mucho a Jesús Polanco, el amo del imperio mediático español. Tan sólo hay que leer los últimos editoriales de El País, en los que critica sin piedad a Zapatero, zurrándole en las posaderas del bufón Moratinos.
Una cosa es llegar al gobierno de España gracias a la demagogia y al populismo de las campañas anti-guerra, del entendimiento con los nacionalistas vascos y catalanes, de la tolerancia con el Islam, etc, porque la demagogia siempre es el camino más directo aunque más peligroso- para tomar el poder en democracia. Pero cosa muy distinta es alinear a un país como España, décima potencia mundial, democracia occidental joven pero asentada, junto a los países regidos por tiranuelos populistas como Castro, Chávez, Kirchner, o sátrapas musulmanes como Mohamed VI o el fallecido Arafat.
Polanco delegó en el ideólogo de PRISA, Juan Luis Cebrián, el adoctrinamiento del recién elegido líder del PSOE Zapatero para que se pusiera a las órdenes del poder empresarial y mediático más importante de España, y el bautizo de fuego para el político leonés fue la ejecución política de su amigo Nicolás Redondo como secretario general del PSE, porque defendía una política de auténtico progresismo al oponerse al etnicismo vasco en todas sus vertientes, aunque eso diera menos posibilidades a corto plazo de alcanzar la Moncloa. Cebrián hizo colocar al funcionario Patxi López al frente de los socialistas vascos para que obedeciera la estrategia de PRISA, que era conquistar el gobierno español inmediatamente basándose en la demagogia izquierdista y en la alianza con los enemigos de España, los secesionistas catalanes y vascos.
Pero claro, Polanco ve ahora con horror que Zapatero, el monstruo creado por el Dr. Cebrián-Frankenstein, se ha convertido en un populista tercermundista que puede arrastrar a España al lodo internacional. Y una España empobrecida y postergada en el concierto mundial no es un buen predio para imperar, piensa el oligarca Polanco. El amo de media España debe de estar pensando en un retiro glorioso para Cebrián... antes de que su monstruito, el compañero revolucionario del comandante Castro y del coronel Chávez, hunda su imperio.
Una cosa es llegar al gobierno de España gracias a la demagogia y al populismo de las campañas anti-guerra, del entendimiento con los nacionalistas vascos y catalanes, de la tolerancia con el Islam, etc, porque la demagogia siempre es el camino más directo aunque más peligroso- para tomar el poder en democracia. Pero cosa muy distinta es alinear a un país como España, décima potencia mundial, democracia occidental joven pero asentada, junto a los países regidos por tiranuelos populistas como Castro, Chávez, Kirchner, o sátrapas musulmanes como Mohamed VI o el fallecido Arafat.
Polanco delegó en el ideólogo de PRISA, Juan Luis Cebrián, el adoctrinamiento del recién elegido líder del PSOE Zapatero para que se pusiera a las órdenes del poder empresarial y mediático más importante de España, y el bautizo de fuego para el político leonés fue la ejecución política de su amigo Nicolás Redondo como secretario general del PSE, porque defendía una política de auténtico progresismo al oponerse al etnicismo vasco en todas sus vertientes, aunque eso diera menos posibilidades a corto plazo de alcanzar la Moncloa. Cebrián hizo colocar al funcionario Patxi López al frente de los socialistas vascos para que obedeciera la estrategia de PRISA, que era conquistar el gobierno español inmediatamente basándose en la demagogia izquierdista y en la alianza con los enemigos de España, los secesionistas catalanes y vascos.
Pero claro, Polanco ve ahora con horror que Zapatero, el monstruo creado por el Dr. Cebrián-Frankenstein, se ha convertido en un populista tercermundista que puede arrastrar a España al lodo internacional. Y una España empobrecida y postergada en el concierto mundial no es un buen predio para imperar, piensa el oligarca Polanco. El amo de media España debe de estar pensando en un retiro glorioso para Cebrián... antes de que su monstruito, el compañero revolucionario del comandante Castro y del coronel Chávez, hunda su imperio.
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