Las amistades peligrosas de Zapatero
Si peligroso para los ciudadanos españoles resulta que los aliados del gobierno de Zapatero y su bufón Moratinos no sean los líderes de las democracias occidentales sino los dictadorzuelos populistas de las tiranías tercermundistas, todavía es mucho más peligroso que sus aliados en el interior de España sean fanáticos etnicistas henchidos de arrogancia populista como Carod-Rovira.
Las declaraciones del chulo campeador de la política española sobre el tema absolutamente ridículo de la pretensión absolutamente ridícula de que selecciones deportivas de una parte del todo se enfrenten al todo (un imposible racional), es decir, de que Cataluña se enfrente a España (sic), amenazando con que los catalanes no apoyarán la candidatura de Madrid a los juegos Olímpicos del 2012, son, más que preocupantes, patéticas.
No preocupan porque para la candidatura de Madrid es irrevelante que el 15 % de los catalanes la apoye o no; su nominación ni siquiera depende de que el 100 % de los catalanes lo haga o no, sino de altos niveles de política internacional. Pero lo patético es que demuestra el carácter de Carod-Rovira, ese personaje de ideología etnicista similar a la de Hitler, y con sus mismos tics entre totalitarios y cómicos, un personaje con todas las características de los antiguos caciques populistas españoles, que tan bien han heredado algunos dictadorzuelos iberoamericanos como Castro, Chávez o Kirchner.
Lo peor es que el tirano tarraconense chulea a Zapatero y a todos los españoles con sus ridículos ocho escaños en el Congreso, y pronto veremos de nuevo, como con motivo de la polémica lingüística del catalán y el valenciano, a Carod-Rovira ante las cámaras sodomizando a Zapatero.
Y lo peor de lo peor es que con este enculamiento continuo, Zapatero ya no parece una víctima, sino que uno diría que le gusta, y mucho, a la vista de sus nuevos amigos internacionales, tan dictadorzuelos y tan populistas como Carod-Rovira.
Las declaraciones del chulo campeador de la política española sobre el tema absolutamente ridículo de la pretensión absolutamente ridícula de que selecciones deportivas de una parte del todo se enfrenten al todo (un imposible racional), es decir, de que Cataluña se enfrente a España (sic), amenazando con que los catalanes no apoyarán la candidatura de Madrid a los juegos Olímpicos del 2012, son, más que preocupantes, patéticas.
No preocupan porque para la candidatura de Madrid es irrevelante que el 15 % de los catalanes la apoye o no; su nominación ni siquiera depende de que el 100 % de los catalanes lo haga o no, sino de altos niveles de política internacional. Pero lo patético es que demuestra el carácter de Carod-Rovira, ese personaje de ideología etnicista similar a la de Hitler, y con sus mismos tics entre totalitarios y cómicos, un personaje con todas las características de los antiguos caciques populistas españoles, que tan bien han heredado algunos dictadorzuelos iberoamericanos como Castro, Chávez o Kirchner.
Lo peor es que el tirano tarraconense chulea a Zapatero y a todos los españoles con sus ridículos ocho escaños en el Congreso, y pronto veremos de nuevo, como con motivo de la polémica lingüística del catalán y el valenciano, a Carod-Rovira ante las cámaras sodomizando a Zapatero.
Y lo peor de lo peor es que con este enculamiento continuo, Zapatero ya no parece una víctima, sino que uno diría que le gusta, y mucho, a la vista de sus nuevos amigos internacionales, tan dictadorzuelos y tan populistas como Carod-Rovira.
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