ZAPATERO Y SU CIRCO DE TRES PISTAS

El vendedor de crecepelo de la Moncloa, ese maravilloso charlatán de feria, buhonero, chamarilero, quincallero, mercachifle, ambulante, bisutero, marchante, trapero, ropavejero, prendero y tripicallero está de enhorabuena: ha logrado su objetivo, el triunfo de la coalición social-nacionalista también en Galicia.

Zapatero ya tiene en pleno funcionamiento su maravilloso circo de tres pistas: palurdos payasos en la pista oriental catalana, peligrosos tigres en la pista central vasca, y ahora unos extravagantes saltimbanquis en la pista occidental gallega. La maléfica GALEUSCA al asalto de España. ¡Un circo con su Ibarreche, su Rovireche y su Quintaneche!

Zapatero ha logrado su meta, tener a estas tres comunidades autónomas regidas por social-nacionalistas o nacionalistas a secas, que van a proclamar oficialmente a sus regiones como “naciones” (sic), lo que les permitirá tarde o temprano hacer uso de su soberanía y por lo tanto acceder a una independencia más o menos camuflada de confederación ibérica de naciones.

Para los ciudadanos españoles que militamos en la izquierda perdida, en esa izquierda con valores progresistas y por lo tanto antinacionalista porque el nacionalismo –una religión política fundamentalista- es la ideología más reaccionaria que existe, resulta penoso pronosticar que, como ha pasado en Cataluña, dentro de unos cuantos meses veremos a algunos intelectuales progresistas que han votado y pedido el voto para el PSdeG, hacer manifiestos clamando contra la deriva nacionalista y por lo tanto retrógrada del gobierno PSdeG-BNG, un gobierno dirigido por el tándem Touriño-Quintana que quizá pronto reste protagonismo a los “dos tontos muy tontos” Maragall-Rovira.

Todo habría sido más fácil, y sobre todo menos traumatizante para la España constitucional, si no se hubiera pedido el voto para el dinamitero de España, el ínclito Zapatero. Allá cada uno con su conciencia.