De ex-presidentes matones

Los políticos populistas engañan a muchos durante algún tiempo, pero a pocos durante mucho tiempo. La mayoría de la ciudadanía puede pensar que Zapatero es un ser angelical, con un talante dialogante y un ansia infinita de paz, pero sus hechos y sus amistades políticas lo desmienten. Mientras él habla con la sonrisa en la boca, ordena a sus ministros, parlamentarios y portavoces destruir todo diálogo con la oposición democrática, y tender puentes con los dictadorzuelos de todo el mundo, como Carod-Rovira, Ibarretxe, Chávez y Castro.

Pero lo que demuestra su cinismo inconmensurable es que un presidente socialista ordene a su portavoz, un tal Perales, decir textual y literalmente que “Aznar es uno de los peores matones de la derecha”. El ex-presidente del PP tendrá muchos defectos como político, muchos hemos denunciado su arrogancia, su desprecio por las formas, incluso le hemos pillado en alguna mentira, pero tiene un mérito indiscutible: ha derrotado a ETA con la ley en la mano, cosa que no consiguió Felipe González ni con el GAL.

Decir que Aznar es un matón, y decirlo desde las filas de un partido responsable de una treintena de asesinatos de Estado, más que un sarcasmo, es un suicidio político. Porque a la larga, los ciudadanos descubrirán el “ansia infinita de demagogia” del señor Zapatero.