Jokin: el paradigma vasco
El suicidio del niño de 14 años Jokin en Hondarribia (Guipúzcoa) ha conmovido a todos los que tenemos sensibilidad social. Este chico, harto de vejaciones, palizas y escarnios por parte varios compañeros de instituto decidió suicidarse para acabar con ese tormento en que se había convertido su vida.Lo grave del caso es que obviamente la violencia de persecución era conocida por parte de amigos y profesores, pero nadie quiso ver cuando miraba, todo el mundo apartó la vista porque no era su problema.
Por ello pienso que es algo más que un aldabonazo en la conciencia de la sociedad hondarribitarra en particular y de la sociedad vasca en general. Para mí, la violencia de persecución por parte de adolescentes agresivos ante la indiferencia generalizada del entorno del desdichado muchacho es el paradigma vasco, el paradigma que explica cómo, en otro ámbito, el ámbito político, la mitad de los ciudadanos vascos no nacionalistas son perseguidos, amenazados, algunos incluso extorsionados, secuestrados y asesinados, entre la indiferencia generalizada de buena parte de la sociedad vasca, los buenos vascos nacionalistas que en su mayor parte no están de acuerdo con la violencia nacionalista, pero que no se atreven a oponerse a ella y a combatirla porque proviene de su propio entramado social.
Pobre Jokin, suicidado a los 14 años por culpa de la indiferencia de su entorno. Pobre Jokin, paradigma del auténtico y único conflicto vasco, la indiferencia de la sociedad vasca ante el terrorismo nacionalista vasco.
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