La extrema izquierda puede dar la presidencia a Bush
Cuando las encuestas para las elecciones de Estados Unidos muestran un empate técnico, nuevamente la izquierda extrema norteamericana, la izquierda extravagante, divagante y fundamentalista, esa olla podrida mezcolanza de ecologistas, pacifistas, antiglobalizadores, indigenistas y demás despojos ideológicos, tiene en sus manos la posibilidad de dar el poder a Bush, a la derecha conservadora.
Somos muchos los que pensamos que, aunque Bush evidentemente no es un asesino ni un dictador como dice esa izquierda de charanga y pandereta, de pancarta y barricada, entre otras cosas porque la izquierda totalitaria que dice eso apoya a dictaduras como la cubana y al islamismo criminal, sí que representa una ideología extremadamente conservadora y basada en un fundamentalismo cristiano peligroso.
Porque el combate contra el fundamentalismo islámico debe hacerse desde los valores laicos de la Ilustración, de la Modernidad, y no desde otro fundamentalismo cristiano que convertiría la lucha de la luz contra el oscurantismo en otra Cruzada de triste memoria, en un combate entre las fuerzas de las tinieblas.
Pero los que deseamos que triunfe Kerry, para que defienda a su país y a Occidente contra el terrorismo islamista desde la unidad occidental, desde la firmeza inteligente, desde los servicios de seguridad y no desde los tanques, vemos con estupor que nuevamente, como sucedió hace cuatro años, y ante un empate técnico entre una derecha muy conservadora y confesional y una izquierda liberal y laica, se presenta un candidato, Nader, para atraer el pequeño pero decisivo voto de ecologistas y pacifistas, de esa izquierda ilusoria, que restándoselo a Kerry, se lo da a Bush.
El que la izquierda posmoderna norteamericana apoye indirectamente a Bush ¿es un acto de candidez? ¿o es demostración una vez más de que los extremos se tocan?
Somos muchos los que pensamos que, aunque Bush evidentemente no es un asesino ni un dictador como dice esa izquierda de charanga y pandereta, de pancarta y barricada, entre otras cosas porque la izquierda totalitaria que dice eso apoya a dictaduras como la cubana y al islamismo criminal, sí que representa una ideología extremadamente conservadora y basada en un fundamentalismo cristiano peligroso.
Porque el combate contra el fundamentalismo islámico debe hacerse desde los valores laicos de la Ilustración, de la Modernidad, y no desde otro fundamentalismo cristiano que convertiría la lucha de la luz contra el oscurantismo en otra Cruzada de triste memoria, en un combate entre las fuerzas de las tinieblas.
Pero los que deseamos que triunfe Kerry, para que defienda a su país y a Occidente contra el terrorismo islamista desde la unidad occidental, desde la firmeza inteligente, desde los servicios de seguridad y no desde los tanques, vemos con estupor que nuevamente, como sucedió hace cuatro años, y ante un empate técnico entre una derecha muy conservadora y confesional y una izquierda liberal y laica, se presenta un candidato, Nader, para atraer el pequeño pero decisivo voto de ecologistas y pacifistas, de esa izquierda ilusoria, que restándoselo a Kerry, se lo da a Bush.
El que la izquierda posmoderna norteamericana apoye indirectamente a Bush ¿es un acto de candidez? ¿o es demostración una vez más de que los extremos se tocan?
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