Blogia
LA VASCONIA DE LAS LUCES

CÁNDIDO, EL BRAZO TONTO DE POLANCO

CÁNDIDO, EL BRAZO TONTO DE POLANCO

Quizá alguien pensara que iba a escribir sobre el fiscal general del gobierno –que no del Estado- como el “brazo tonto de la ley”, pero no es así, ni siquiera es un “hooligan” del gobierno de turno, al estilo de un repugnante y asqueroso Torrente metido a fiscal, es mucho más que eso. Pareciera que el sedicente fiscal general fue nombrado para facilitar la exigencia de ETA negociada y aceptada por Zapatero para que la Justicia no actuara contra esta organización terrorista así declarada por la Justicia española. Por tanto no es un fiscal que emplea métodos ilegales para hacer una supuesta justicia, sino que es un fiscal que presuntamente tiene el encargo de cometer la Gran Injusticia.

Cándido Conde-Pumpido es un presunto prevaricador que actúa como alfil de la partida de ajedrez que es la política española, pero en la que otros peones se están sacrificando, en la que los caballos dan saltos hacia atrás como el juez Garzón que dicta autos en contra de sus mismos autos del año 2003, en la que las torres Montilla y López hacen estragos en sus esquinas del tablero, en la que el rey permanece inmóvil en un rincón protegido por ¿sus? peones, y en donde “la reina Zapatero” dirige con maestría toda la estrategia.

Pero todos ellos son piezas de ajedrez movidas por la mano -antes firme y ahora temblorosa por la enfermedad y la senilidad propia de la edad- del auténtico amo y señor del tablero nacional, el oligarca Polanco. El dueño de un imperio político-económico-mediático impresionante que impone su “dictat” en España desde que se construyó su omnímodo poder en la transición con el dinero amasado como franquista de pro durante la dictadura.

El siempre prudente y actor en la sombra Polanco se ha desatado en la última junta de accionistas de PRISA, quizá fruto de su precario estado senil, quizá asustado por la movilización sin precedentes de la ciudadanía española contra el Infame Zapatero y su política de rendición ante ETA. Sus críticas injuriosas a un partido democrático, acusándole de franquista y guerracivilista –justo lo que es él- ha causado estupor en la opinión pública. ¿Nervios ante la reacción cívica contra su Zapatero?

La actuación vergonzosa de un fiscal como Fernando Burgos, actuando como abogado defensor de Otegi con tal eficacia que la etarra Goirizelaia declinó intervenir porque no podía mejorar la defensa de su compañero de armas, nos muestra la miseria humana a la que una persona puede llegar. Podemos decir que Burgos impidió el juicio y la segura –según los mismos jueces- condena del terrorista por seguir órdenes de otro miserable, el fiscal Zaragoza, el cual obedecía a otro maligno, el fiscal Conde-Pumpido, el que seguía el dictado del Infame Zapatero, que no hace sino obedecer a su Amo Polanco. Pero eso no impide que toda esa cadena de personas sean repugnantes, como los judíos que en los campos de exterminio ejercían de “kapos”, de chivatos y policías de sus compañeros de raza, a la espera de ser convertidos en jabón.

Bueno, quizá conviene recordar que esos “kapos” acabaron también en las cámaras de gas, o que los pocos que salvaron la vida terminaron suicidándose porque no podían soportarse a sí mismos.

0 comentarios