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LA VASCONIA DE LAS LUCES

LA IZQUIERDA NÁUFRAGA (I)

LA IZQUIERDA NÁUFRAGA (I) La izquierda de orientación totalitaria, o lo que es lo mismo, la facción populista de los socialistas –en España sufrimos el golpismo de Largo Caballero- y todos los comunistas en sus múltiples sectas –leninistas, estalinistas, trotskistas, maoístas, castristas, eurocomunistas-, quedó definitivamente en evidencia con la caída del Muro de Berlín, con la desintegración de la Unión Soviética que era el prototipo del modelo del socialismo real.

Otra es la historia de la izquierda democrática, de la izquierda ilustrada que se originó en el Siglo de las luces y completó su evolución desde el concepto de libertad como “ausencia de interferencia” hasta el de libertad como “ausencia de dominación”. O lo que es lo mismo, desde el liberalismo radical hasta la social-democracia liberal como complemento igualitario al fermento de libertad.

Es verdad que todavía quedan Estados oficialmente comunistas en el Tercer Mundo, que no en Occidente para el que fue pensada la revolución proletaria, pero desde la inmensa China a la minúscula Cuba, son dictaduras que aunque se siguen aferrando a una fachada marxista-leninista, en realidad ocultan simplemente dictaduras de partido único cuya única ideología real es la perpetuación en el poder. Y para ello utilizan la única arma que tienen todas las dictaduras, el populismo. Populismo que podemos observar que, cada vez más, se está desplazando de una base comunista a un fundamento nacionalista.

Porque en definitiva podemos decir que la izquierda populista y demagógica que naufragó con el derrumbe del imperio soviético, ha encontrado dos tablas de salvación en los albores del siglo XXI, dos ideologías populistas y fanáticas que están proliferando en el mundo como hongos: el nacionalismo y el islamismo.

Por eso la izquierda náufraga se agarra a los movimientos nacionalistas e islamistas allí donde olfatea que son árboles fuertes y altos como para medrar a su alrededor. Por eso la izquierda populista es actualmente compañera de viaje de los nacionalistas étnicos y de los islamistas. Por eso Zapatero apoya a Ibarretxe y Carod-Rovira a través de Maragall. Por eso Zapatero sigue apoyando a dictadores como Castro o Chávez, nacionalistas con demagogia izquierdista, y a terroristas como los huérfanos de Arafat. Por eso Zapatero apoya a Marruecos y al binomio antijudío y proárabe europeo por excelencia, Chirac y Schröder, y quiere formar una alianza de civilizaciones (sic), uniendo la suerte del Occidente democrático con el Islam teocrático, casando a la víctima con su verdugo.

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